Publicado por Patatas Aguilar

Esta es un delicioso plato que no puede faltar en muchísimos restaurantes y que deberíamos saber preparar con mucho cariño si queremos darnos un capricho o deleitar a nuestras visitas.
Antes de nada, nos gustaría hablar brevemente sobre el origen de esta receta. Hay diversas teorías al respecto, pero lo cierto es que no se hace alusión clara de este plato hasta 1846, cuando el viajero hispanista inglés Richard Ford, lo nombró en su libro “Gathering from Spain”, libro que todavía podemos encontrar a la venta en inglés en diversas librerías y plataformas online por su merecida fama internacional.
En el libro, Ford describió este plato como un recurso gastronómico común en las familias humildes. Concretamente, en su capítulo sobre la cocina española, indica que los huevos fritos son el recurso más habitual de la cocina humilde, generalmente acompañados con tocino magro o jamón. Por aquel entonces, lo llamaban “huevos con magras”.
Hasta estos días, la receta original no parece haber evolucionado mucho, a no ser que tengamos en cuenta todas sus variantes, como los huevos rotos con chistorra, con gulas, con chorizo, con solomillo, etc.
En la receta de hoy nos vamos a centrar en los más célebres de todos: los huevos rotos con jamón.
Ingredientes para 4 personas (como plato principal):
- 8 huevos
- 6 patatas para freír
- 400 gr. de jamón ibérico
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Preparación:
En primer lugar deberemos pelar las patatas, cortarlas en rodajas finas o a tiras, como más nos guste, y enjuagarlas muy bien bajo el agua.
Mientras tanto, en una sartén grande o una cazuela, ponemos a calentar el aceite.
Cuando el aceite esté caliente, introducimos las patatas asegurándonos de que estén cubiertas por el aceite. Primero freiremos a temperatura media y cuando comprobemos que las patatas ya están blandas, subiremos el fuego al máximo hasta que se doren.
Preparamos un plato con papel de cocina y ponemos las patatas encima para que se absorba el exceso de aceite y salamos (no demasiado, ya que la sal del jamón ya le dará ese punto salado y no queremos pasarnos).
Es el momento de colocar delicadamente el jamón sobre las patatas. Si está recién cortado, mucho mejor, si no, lo ideal sería haberlo atemperado antes para que vaya saliendo la grasa y el aroma.
Mientras se van juntando los sabores del jamón y la patata, freímos los huevos al gusto y, una vez hechos, los colocamos por encima.
Les añadimos un poquito de sal por encima y ya podemos servir.
Y ahora llega el mejor momento de todos. Una vez en la mesa, podemos proceder a romper los huevos y mezclar todos los ingredientes para poder empezar el festín.
Y para complementar esta receta, nunca está de más servir un poquito de pan y la bebida que más nos guste. De este modo podremos disfrutar al máximo de esta joya de nuestra gastronomía.
Bon appétit!