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El almidón o fécula de patata es un espesante y estabilizante natural muy empleado en la industria alimentaria tanto en recetas dulces como en saladas. Dado su sabor neutral y su claridad no aporta apenas sabor ni color a nuestras recetas.

 

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¿Qué propiedades tiene?

Además de ser una buena fuente de energía por su alto contenido en hidratos de carbono, el almidón de patata nos aporta algunos beneficios:

 

  • Previene el cáncer de colon. Los almidones resistentes provocan la fermentación bacterial en el colon, así se producen una serie de ácidos grasos entre los que destaca el butirato, un ácido con propiedades inmunoreguladoras y anti-inflamatorias y con sus reconocidos efectos inhibidores sobre células tumorales y su posible transformación en cáncer. Pero a pesar de que la fécula de patata constituye un remedio relativamente natural para prevenir el cáncer de colon sin presentar contraindicaciones, su consumo para tratar esta enfermedad deberá ser recomendado únicamente por el médico.

 

  • Estimula el sistema inmune. Algo que también ocurre cuando consumimos patatas frías (por ejemplo, en ensalada). El consumo de fécula de patata reduce los leucocitos y también tiene un efecto favorable sobre el síndrome de intestino irritable.

 

  • Mayor nutrición. El almidón de patata no se absorbe a nivel de intestino delgado, por lo que es fermentado por nuestra microbiota en el intestino grueso, ejerciendo un efecto prebiótico. Además, esta conversión disminuye el índice glucémico y es más saciante.

 

¿Para qué se usa?

Se utiliza para hacer espesar las salsas y otras muchas cosas, y como aglutinante en las harinas para pastel, las masas, las galletas y el helado.

Es ideal para recetas sin gluten, aptas para celíacos y para diabéticos. El almidón de patata soporta temperaturas más altas que el de maíz cuando se utiliza como espesante.

 

¿Cómo prepararlo en casa?

Necesitaremos 1kg de patatas, 2 litros de agua, una batidora, un colador grande, un paño limpio y fino para filtrar, 2 recipientes grandes, uno para triturar y otro para decantar.

De aquí obtendremos entre 50 y 100 gramos de almidón de patata y 200 gramos de pulpa de patata.

 

Pasos:

  • Pelamos y lavamos las patatas.
  • Las cortamos en trozos pequeños.
  • Las colocamos en un recipiente con un litro de agua y trituramos con ayuda de la batidora.
  • En el otro recipiente grande ponemos el colador, cubrimos con el paño vertemos la patata triturada.
  • Cuando ya no gotee más, cerramos el paño y apretamos con fuerza para extraer todo el agua que podamos.
  • Volvemos a colocar la pulpa en el primer recipiente con el otro litro de agua y de nuevo trituramos y volvemos a colar de igual modo.
  • Es importante extraer toda el agua haciendo fuerza retorciendo el paño hasta que ya no salga más. Cuanto mejor hagamos este paso, mayor cantidad de almidón obtendremos.
  • Dejamos decantar el líquido para que el almidón haga poso al menos durante 8 horas.
  • Después de esto deberemos quitar el agua que podamos con un cazo evitando que el polvo del fondo se mezcle y el resto de agua quitarlo con cuidado.
  • Extendemos la pasta que nos queda en una bandeja cubriendo con papel de horno para que se seque.
  • Una vez esta pasta esté seca, podemos molerla con un molinillo y conservar en un frasco hermético.

 

Podemos aprovechar la pulpa de la patata también para hacer puré, por ejemplo. Y ahora, ¡a disfrutar de tus recetas!

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